Sucedió como en Los Sims.
Sí, exacto, has leído bien. Ese momento en el que tu eres una enana, y lo ves ahí, tan.. platónico. Exacto, esa es la palabra. Un amor platónico, él no está dentro de tu alcance, de tus posibilidades. Él vale mucho más, es más mayor y tiene más experiencia, y a lo máximo que llegas es a darle un beso en la mejilla, como en los sims. Pero no te importa, eres feliz, y no es porque no quisieras estrujarlo o darle un beso de película, sino porque sabes que es a lo máximo que puedes llegar. Al fin y al cabo, así es la vida.
¿Lo mejor? despedirse, y hasta que el caprichoso destino nos vuelva a juntar, en algún momento en el que sea adulta, como él, e intentar estar a su altura.
Y lo que no sabía es que ha llegado, no sé si el momento esperado, pero el caprichoso destino quiso que nos volviéramos a encontrar... de manera diferente, lo veo una vez cada tres semanas...y con eso soy feliz cual niña con una piruleta. Pero no soy tan ilusa, sé que la vida sigue, yo con mis amores y él con los suyos.
Nunca sabré qué es lo que siente por mi: una simple conocida (99'50% de posibilidades) o algo más... pero yo lo tengo muy claro.
Bueno, aunque no sé ponerle nombre... sé que es de esos amores que siempre se queda un pedacito dentro de ti... Como Jack y Rose en El Titanic. Una pequeña parte de mi "escuchimizado" corazón, le pertenecerá. Sé que suena muy tópico, muy "Puke Rainbows", y probablemente si él supiera de ésto, saldría corriendo, pero que le voy a hacer.
Él es un amor platónico en toda regla. Sí, vosotros tenéis a vuestros queridos famosos de Hollywood, y yo lo tengo a él.
Probablemente lo vuestro sea más fácil que se haga realidad que lo mío.
Y bueno, sé lo que conlleva decir que es un amor platónico, por lo que mis esperanzas se encuentran a -90, y sigo con mi vida, con mis amores reales, no sé si amores de mi vida, de años, de meses... pero al menos disfruto y siento, siendo lo más sincera que puedo conmigo misma y con los demás, como él estará haciendo. Hay que aprender a vivir sin los demás.
Yo sé vivir sin él, de hecho, siempre lo he hecho. Pero cada vez que aparece, me trastoca todo. Todas mis estructuras, mi mente, mi vida.... todo lo derrumba y forma un inmenso caos y lío. Primero aquel verano, y ahora... ahora más aún, cada vez que lo veo me esfuerzo por ordenar ese caos que forma, pero, a las dos semanas ahí vuelve a estar, con su encantadora sonrisa, y vuelve a pisotearlo todo.
"Dicen que el amor entra por la puerta, pero éste ha entrado como un huracán por la ventana, destrozándolo todo a su paso"
Y esta vez ya me he hartado... me he hartado de recoger y ordenar los pedazos... no sé si lo mejor es renunciar al amor, como me he propuesto (sin ningún éxito) en otras ocasiones, y cuando llegue, cerrar los ojos y dejar que el caos se apodere de mi. Pero, por otra parte, eso significaría renunciar a muchas cosas, y no sé si sería lo correcto... Además, un tercer punto de todo esto es la libertad que me gusta tener, lo libre que me siento cuando puedo hacer lo que quiero, cuando quiero, ese poder, esa sensación que no puedo tener siempre, y no puedo en estos momentos... Demasiadas sensaciones, sentimientos y cosas inexplicables acumuladas en algo tan chico.
Creo que me decantaré por cerrar los ojos y andar, e intentar disfrutar... intentar que los problemas se resuelvan solos, aunque eso signifique que sea de una manera extremista, nunca he dejado que llegara hasta tal punto, por lo que... probemos a ver.
